Este título no es mío es de Gary Chapman, un norteamericano, consejero, conferenciante y escritor con más de 20 millones de ejemplares vendidos del libro Los 5 Lenguajes del Amor.
Tuve un gran descubrimiento al conocer sus teorías, me cambió el modo de tratar a las personas.
Gary nos invita a averiguar cómo cada uno se siente querido. Es decir, el modo en el que yo me siento querida no es, con toda probabilidad, el mismo modo con el que se puede sentir querido mi cónyuge, o cada uno de mis hijos. Cada persona habla un lenguaje diferente del amor.
Si nos fijamos los distintos lenguajes del mundo, tienen diferentes modos de expresión, no es igual explicar un concepto en inglés que en español o en chino, alemán o coreano. Todos aprendemos a hablar nuestra lengua materna, después aprendemos otros idiomas, con más o menos esfuerzo. Pero cómo mejor hablamos y comprendemos es en nuestra lengua materna. ¿Qué pasa si nos encontramos con una persona que no habla nuestra misma lengua? Si buscamos otra lengua común nos podremos comunicar, pero si no la tenemos lo haremos con gestos, dibujos, gruñidos, etc., pero no estaremos cómodos con ese sistema.
En las relaciones con las personas ocurre lo mismo, si yo me siento querida de una forma, y quien tengo a mi lado se siente querido de otra, pues, o intento hablar su idioma, o nunca se sentirá querido por mi parte.
Existen cinco lenguajes emocionales del amor, cinco formas en las que las personas perciben sus emociones de amor: palabras de afirmación, actos de servicio, regalos, tiempo de calidad y toque físico, más adelante hablaremos de ellas.
Cada uno tiende a expresar su amor como él lo siente, pero el que recibe esa expresión puede tener otra manera muy distinta de sentirlo. Y aquí surge el conflicto, por eso nos tenemos que preguntar ¿Cómo percibe la persona amada mi manifestación de amor?
Conocí a una adolescente, María, que cada vez que su madre, Isabel, intentaba abrazarla, se escabullía y rechazaba ese abrazo, Isabel se desconcertaba y pensaba que María no la quería. ¿Qué sucedía? Pues que mientras que para la madre el lenguaje del amor era el toque físico para la hija era otro y María, además, adolescente, no se sentía querida con esa manifestación.
La necesidad de sentirse amado es primaria del ser humano, con amor somos capaces de cualquier reto, sin amor la vida sólo ve dificultades.
Nuestra emoción amorosa es como un depósito que necesita estar lleno, cuantas veces hemos oído, no me quiere… como María la adolescente anterior, mantener lleno el depósito del amor es tan importante como tener lleno de combustible un vehículo, si está vacío no arranca.
Mark Twain dijo: Puedo vivir durante dos meses con un buen cumplido. Con esta frase se explica el lenguaje de palabras de afirmación. Es muy sencillo decir a un hijo ¡Que bien has hecho tu cama! O ¡Genial, me has ayudado! Pedro, de trece años, al preguntarle si se sentía querido por sus padres dijo: Mi padre si me quiere, siempre que hago algo bien me lo dice, pero mi madre no demasiado nunca valora lo que hago. Emocionalmente, Pedro tenía lleno el depósito del amor de su padre, pero no de su madre, porque su lenguaje del amor era palabras de afirmación.
Juan apenas pasa tiempo conmigo, dice Paloma, ¿De qué nos sirven todas las cosas que tenemos si jamás las disfrutamos juntos? Este es el lenguaje del tiempo de calidad, que no se refiere a ver juntos la televisión, cuando se hace esto, la atención está en la televisión no en la persona que te acompaña. El tiempo de calidad pide un paseo, una conversación, salir a comer juntos, etc., en una palabra, pide la atención del otro, su trato personal. No es suficiente estar en la misma habitación con alguien, es darle la atención, un padre jugando a la pelota con su hijo, no le está dando la atención a la pelota sino al chaval con el que está compartiendo el juego, pero si mientras juega habla por teléfono, no está prestando atención al niño. Es muy importante mantener el contacto visual con la persona que habla ese lenguaje.
Para los que su lenguaje del amor son los regalos, que son pequeños detalles, no cosas grandes, por ejemplo, pasar por una pastelería ver el dulce que le gusta a la persona querida y llevárselo, aparecer con una flor un día señalado. Un regalo es lo que nos hace decir: mira, estaba pensando en mí. Se acordó de mi etc. Otro ejemplo, los dibujos que hace el niño para sus padres, aunque el mejor regalo es uno mismo, dedicar tiempo a la persona cuando lo necesita.
Cuantas veces hemos escuchado: No me ayuda para nada en casa. Es posible que el lenguaje del amor del que dice esa frase sean los actos de servicio, por actos de servicio, me refiero a actos como poner la mesa, vaciar el lavaplatos, pasar la aspiradora, cambiar un pañal al bebé, mantener el coche en buenas condiciones, sacar al perro o atender a un agente de seguros. Estas cosas pequeñas pueden hacer feliz a la persona que habla ese lenguaje.
Muchos actos de servicio incluyen tareas de la casa, pero no todas. ¿Cuáles son otras formas de servir, distintas a las tareas del hogar, que manifiesten mi amor? Hazte esta pregunta y seguramente encontrarás la respuesta que mejor llene el depósito.
Por último, el toque físico, tenemos cinco sentidos, pero el tacto es el único que no está localizado en una parte del cuerpo, lo ocupa todo. Para las personas que hablan este lenguaje del amor es importante hablar con ellas para saber cómo expresarlo, puede ser coger una mano, un beso, determinada caricia, un masaje, una carta escrita a mano…
Lo interesante es descubrir el lenguaje del amor de cada persona para expresarlo como ella quiere ser querida, no como yo lo necesito. Pensar en el otro y manifestarlo como él lo requiere.
En mi web elhogarquedeseo.com tenemos cursos para profundizar en los lenguajes del amor de los esposos, de los niños y de los adolescentes.
Iremos viendo muchos más temas interesantes, esto es sólo la punta del iceberg, espero que os haya sido útil este comentario.